Bienvenidos

Bienvenidos a todos aquellos seres conscientes movidos por el profundo deseo de despertar lo mejor de cada uno en ellos.

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lunes, 8 de agosto de 2011

MENTIRAS... De ahora en adelante, ya no podré creer en ti.

"Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti. " Friedrich Nietzsche
La mentira es moralmente incorrecta y casi siempre desaprobada, pero viene naturalmente a los seres humanos. Es irónico que el engaño se considere “justo en el amor y la guerra”. Hay diferentes tipos de mentiras: una mentira piadosa, una mentira interesada, etc. Hay diferentes razones por las que las personas mienten, siendo el miedo una de los más comunes.

Algunos Motivos personales:

Escapar del castigo. Cuando una persona es consciente de que será castigado por su acción, tiende a mentir. Es una reacción humana natural reflexiva a distanciarse de agravio o fallos. Se encuentra comúnmente en los niños y niños mentirosos cuya única preocupación es salir de problemas.

Mejorar su imagen delante de los demás. Constantemente desean presentarse a sí mismos como buenos, educados, exitosos, etc. La exageración y faroles son otros dos tipos de mentiras y son los métodos adoptados por las personas para impresionar o engañar a otros.

Aunque todos sabemos que las relaciones se basan en la confianza y la veracidad, por lo general los amantes se mienten entre sí o mantienen secretos. Engañar a alguien enamorado es un crimen imperdonable y, si es descubierto, puede llevar a la desconfianza, los recelos y la ruptura de la relación. Engañar a un cónyuge es un camino muy dañino y perjudicial. A veces, la gente miente en las relaciones para continuar la buena voluntad y también para impresionar a la pareja, pero también pueden haber otros motivos más decepcionantes.

"Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama"


El amor hace crecer a la persona que ama. La hace sentirse segura y confiada por que tiene alguien a quien amar. Esto se potencia si a su vez se es amado.
El deseo es inmediato, más o menos largo o duradero en el tiempo, pero no deja huella. ... Se satisface y ya está. En todo caso trae consecuencias.

El amor auténtico es inteligente: la felicidad del otro es también la felicidad de uno mismo.

* El deseo puede ser irracional "no tiene ni pies ni cabeza" (deseo tener relaciones sexuales con mi jefe...es guapo, me atrae, lo deseo, y hago lo que sea hasta conseguirlo ).

Amor y deseo van juntos. No se concibe desear a alguien distinto a quien se ama.

* El deseo, como instinto puede prescindir del amor. Ejemplo: deseo a mi vecino, aunque no lo quiera ni quisiera cuidarlo.

No existe nada que ocupe más espacio sobre la superficie de la vida humana que el amor, y no existe nada que sea más desconocido y misterioso que el amor. Existe una gran diferencia entre poner el amor en la superficie que colocarlo en la profundidad del misterio. El amor no es una aventura. No puede durar sólo un momento. Porque cuando el hombre se zambulle en el tiempo, y se olvida de la eternidad, es como quererlo ganar todo en un momento y perderlo todo de repente. Y el instante que llega después y todos los instantes que siguen, en los que siempre buscarás a calle para regresar al pasado, para tener de nuevo, y en ese instante, todo.

¡LA FELICIDAD es INTERIOR O EXTERIOR?

El silencio es la mayor riqueza para un ser humano, sin embargo ha sido olvidado, porque el hombre se encuentra sumergido en un mundo de máquinas y aparatos, tratando de ganarle al tiempo y adelantándose a los acontecimientos.
Esa fuente de felicidad se podría recuperar, si el hombre lograra centrarse en su ser interior y desde ese centro conectarse con la naturaleza y con los demás, sin importar la edad que tenga.
La mujer es el pilar de la familia en los momentos de crisis. Es la que es capaz de hacer el trabajo que antes hacían los hombres y al mismo tiempo no perder de vista a su hogar y a su familia.
A veces, el resultado de esta multiplicación de tareas es tener una vida acelerada que puede provocar dudas sobre el sentido de la vida y también depresión.
El sentido de la vida se pierde cuando se interrumpe el contacto con la fuerza interior, porque sólo se puede vivir plenamente una vida llena de significado desde el corazón.
En esta vida llena de distracciones externas, es necesario encontrar espacio y tiempo lejos del ruido cotidiano, para poder estar en silencio con uno mismo y poder ver más claro.
Una excelente manera de comenzar a conectarse con la verdadera vida es tomando conciencia de nuestra respiración; inhalando y exhalando para poder darnos cuenta de qué es lo que nos ofrece el hecho de estar vivos, de que la vida es un constante fluir, que nos da pero también nos quita y que vivir no depende solo de nosotros, seres destinados a ocupar una interioridad irrepetible.
La respiración y el silencio son herramientas que están al alcance de cualquiera y que dan el poder de conectarse con el ser interno, del que la gran mayoría está lejos.
La felicidad no se puede buscar, sólo aparece en forma indirecta, cuando nos olvidamos de nosotros mismos.
La felicidad es posible aunque seamos seres finitos, cuando nos damos cuenta que la muerte no es una tragedia que nos viene desde afuera sino que es parte de una vida que hemos tenido oportunidad de vivir.

Los indígenas, que suelen ser considerados inferiores por el hombre blanco, conservan esta sabiduría y una sólida conexión con lo simple y esencial, la tierra, la naturaleza y su grupo y la exteriorizan respetando sus tradiciones y sus rituales.

jueves, 14 de julio de 2011

Sin miedo a nada‏

http://www.youtube.com/watch?v=d011M5N8dhw

Hay momentos en que somos tímidos para expresar el amor que sentimos, por temor a avergonzar a la otra persona o avergonzarnos nosotros mismos, dudamos de decir "te quiero" y tratamos de comunicar la idea de otras formas y con otras palabras...

Decimos "Cuídate", "Conduce con cuidado", "Pórtate bien"...
Pero realmente, estas son diferentes maneras de decir "te quiero", "eres importante para mí", "me importa lo que te suceda", "No quiero que estés mal".

A veces somos muy extraños. La única cosa que queremos decir y la única cosa que debemos decir, es la única cosa que no decimos. Y muchas veces el significado nunca se comunica del todo, y la otra persona se siente ignorada y no-querida.

Por ello, debemos ESCUCHAR EL AMOR en las palabras que se nos dicen. Las palabras explícitas son necesarias, pero con mayor frecuencia, la manera de decir las cosas es aún más importante. Un apodo dicho cariñosamente porta mayor afecto y amor que los sentimientos que son expresados de manera poco sincera. Un abrazo o un beso impulsivos dicen "TE AMO", aún cuando las palabras utilizadas digan algo diferente. Cualquier expresión de preocupación de una persona por otra dice "te quiero".

A veces deberíamos mirar y escuchar más atentamente el amor que contienen las palabras. El problema de escuchar el amor es que no siempre entendemos el lenguaje de amor que la otra persona está usando. La gente rara vez escucha. Oyen las palabras, pero no escuchan en las acciones que acompañan a esas palabras o en las facciones del rostro. O la gente sólo escucha el rechazo o el malentendido. No ven el amor que está allí, debajo de la superficie, aún cuando las palabras sean amargas.

Si escuchamos atentamente, descubriremos que somos muchísimo más amados de lo que pensamos.

Escuchemos al amor, y haciéndolo descubriremos que, después de todo, el mundo es un lugar muy amoroso.

No se trata de estar presente CON alguien.
Se trata de estar presente PARA alguien.

Así que recuerda: Si amas a alguien díselo.
Recuerda siempre decir lo que sientes. Nunca tengas temor de EXPRESAR EL AMOR

Efimero

Si pudiésemos tener consciencia de lo efímero de nuestra vida, tal vez pensaríamos dos veces antes de ignorar las oportunidades que tenemos de ser y de hacer felices a los demás.



Muchas flores son cortadas muy pronto; algunas apenas pimpollo. Hay semillas que nunca brotan y hay aquellas flores que viven la vida entera hasta que, pétalo por pétalo, tranquilas, vividas, se entregan al viento.
Pero no sabemos cómo adivinarlo.
 

No sabemos por cuánto tiempo estaremos disfrutando este Edén, tampoco las flores que fueron plantadas a nuestro alrededor. Y nos descuidamos a nosotros mismos y a los otros.
 


Nos entristecemos por cosas pequeñas y perdemos un tiempo precioso.

Perdemos días, a veces años. Nos callamos cuando deberíamos hablar, y hablamos demasiado cuando deberíamos quedar en silencio. No damos el abrazo que tanto nos pide nuestro corazón porque algo en nosotros impide esa aproximación. No damos un beso cariñoso "porque no estamos acostumbrados a eso" y no decimos lo que nos gusta porque pensamos que el otro sabe automáticamente lo que sentimos.
Y pasa la noche y llega el día; el Sol sale y se pone, y continuamos siendo los mismos.

Reclamamos lo que no tenemos, o que no tenemos lo suficiente.

Cobramos... A los otros. A la vida y a nosotros mismos. Y nos consumimos, comparando nuestra vida con la de aquellos que poseen más. Y si probáramos compararnos con aquellos que poseen menos? Eso haría una gran diferencia!

Y el tiempo pasa. Pasamos por la vida y no vivimos, sobrevivimos. Porque no sabemos hacer otra cosa.
Hasta que, inesperadamente, nos acordamos y miramos para atrás. Y entonces nos preguntamos: Y ahora? Ahora, hoy, todavía es tiempo de reconstruir alguna cosa; de dar un abrazo amigo; de decir una palabra cariñosa; de agradecer por lo que tenemos.

Nunca se es demasiado viejo, o demasiado joven, para amar, para decir una palabra gentil, para hacer un cariño.
No mires para atrás. Lo que pasó, pasó. Lo que perdimos, perdimos.


Mira hacia adelante!
Todavía hay tiempo de apreciar las flores que están enteras a nuestro alrededor.

La Salud y las Emociones.

La importancia de conocer y controlar nuestras emociones.
Entrevista al Dr. Jorge Carvajal.-
Médico cirujano de la UNIVERSIDAD DE ANDALUCÍA - ESPAÑA
Pionero de la Medicina Bioenergética.-



 ¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?
El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende. En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma. Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando enfermamos.

 ¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?
Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional. Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas. El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.

 ¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?
De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar. Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.

¿Cómo nos afecta la ira?
La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico.

¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?
La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra. Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas. La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.

¿alegría suaviza el ánimo?
Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.

¿Y la tristeza?
La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.

¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de uno mismo?
Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza. ¡Qué difícil! Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.

 ¿Cómo prevenir la enfermedad?
Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.

¿ Y si aparece la enfermedad?
Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado. Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida. Cada vez más personas sufren ansiedad. La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.

¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?
La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera. La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el "debería ser", y no somos ni lo uno ni lo otro.
El estrés es otro de los males de nuestra época. El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar. Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie.
 El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.

 ¿Qué nos recomendaría para sentirnos mejor con nosotros mismos?
La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20 minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un puente hacia la verdadera salud; es acceder al altar interior, al ser interior.
Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes para no robarle tiempo a sus ocupaciones. Si dedicas, no el tiempo que te sobra, sino esos primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa habita el potencial del alma.

 ¿Qué es para usted la felicidad?
Es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es integridad. Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende el pequeño yo o el pequeño ego. Somos felices cuando tenemos un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia.
Vivir el Presente

 ¿Es importante vivir en el presente? ¿Cómo lograrlo?
Dejamos ir el pasado y no hipotecamos la vida a las expectativas de futuro cuando nos volcamos en el ser y no en el tener. Yo me digo que la felicidad tiene que ver con la realización, y ésta con la capacidad de habitar la realidad. Y vivir en realidad es salir del mundo de la confusión.

 ¿Tan confundidos estamos, en su opinión?
Tenemos tres ilusiones enormes que nos confunden. Primero creemos que somos un cuerpo y no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la vida y se acaba con la muerte. Segundo, creemos que el sentido de la vida es el placer; pero a más placer no hay más felicidad, sino más dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo. Hay que consagrar el placer a la vida y no la vida al placer. La tercera ilusión es el poder; creemos tener el poder infinito de vivir

¿Y qué necesitamos realmente para vivir?, ¿acaso el amor?
El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora. El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo. En el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena. En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se restaura la armonía. Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos con la debilidad, pero el amor no es débil. Nos debilita cuando entendemos que alguien a quien amamos no nos ama.
 Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por amor, que nuestras catástrofes son por amor. pero no es por amor, es por enamoramiento, que es una variedad del apego. Eso que llamamos habitualmente amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento. Es una muleta para apoyarse, en vez de llevar a alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme.
 El verdadero amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la libertad. Pero a veces nos sentimos atados a un amor. Si el amor conduce a la dependencia es eros. Eros es un fósforo, y cuando lo enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo. Hay muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del verdadero amor. Cuando el leño está encendido produce el fuego. Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor.

 ¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?
Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error es tu maestro. Ámate, sincérate y considérate... Si tú no te quieres, no vas a encontrar a nadie que te pueda querer.
 El amor produce amor. Si te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti. La clave entonces es amarse a sí mismo. Y al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro. Acéptate como eres; lo que no aceptamos no lo podemos transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente